La II Jornada Mundial de los Niños se celebrará del 25 al 27 de septiembre de 2026. Niñas y niños de todos los lugares de la tierra se reunirán en Roma para un momento de fiesta único, abierto con alegría al encuentro y a la convivencia. Un acontecimiento de fe, lleno de reflexión, espiritualidad y oración, que cruza los continentes para dar voz a la infancia del mundo, más allá de todas las fronteras, sin barreras ni prejuicios.
La primera exhortación del Papa León XIV a los organizadores es hacer todo lo posible para que la JMN abra los brazos a todos los niños, empezando por los pequeños que sufren la guerra, por quienes padecen pobreza y desigualdad, y por aquellos que están enfermos, desatendidos o sin protección.
El Comité Organizador, bajo la guía del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, está trabajando, junto con numerosos organismos y socios internacionales, para que el evento exprese plenamente su vocación de inclusión y sea lo más abierto y participativo posible; en el signo de la fraternidad auténtica que los niños saben vivir y expresar, reconociéndose más allá de todas las diferencias de procedencia, lengua e historia.
La JMN no nació para ser un gran evento bienal, sino un movimiento global que une fe, educación, cultura y compromiso cívico. Es una etapa de un camino lleno de sentido y valor, un signo de esperanza, un puente entre culturas, generaciones y pueblos.
Es un pacto entre mujeres y hombres de buena voluntad para afirmar el derecho de cada pequeña criatura, sea cual sea su lugar de nacimiento, a crecer serenamente en el seno de su familia, con la plenitud de oportunidades que le permitan imaginar el mañana y poder construirlo.
El mañana de cada pequeña criatura es la pieza que compone el futuro de toda la humanidad.
