La protección de los menores y de las personas vulnerables forma parte integrante del mensaje evangélico que la Iglesia y todos sus miembros están llamados a difundir en el mundo.
Todos tenemos el deber de acoger con generosidad a los menores y a las personas vulnerables y de crear para ellos un entorno seguro, teniendo como prioridad sus intereses, su dignidad y su integridad física, psíquica y moral.
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en calidad de promotor de la iniciativa, el Comité Organizador de la Jornada Mundial de los Niños y Be Human ETS, prestan especial atención a la prevención y al combate de toda forma de abuso, violencia o explotación contra los menores y las personas vulnerables.
Por lo tanto, durante el desarrollo de la Jornada Mundial de los Niños, es necesario que:
• se mantenga una comunidad respetuosa, vigilante y consciente de los derechos y necesidades de los menores y de las personas vulnerables, atenta a prevenir cualquier forma de violencia o abuso físico o psicológico, abandono, negligencia, maltrato o explotación, tanto en las relaciones interpersonales como en los contextos organizativos, logísticos y de acogida;
• todos los participantes involucrados en el evento, en cualquier calidad (acompañantes, voluntarios, colaboradores, operadores, proveedores), desarrollen la conciencia del deber de comunicar oportunamente cualquier situación de abuso o de riesgo a las Autoridades competentes y de cooperar con ellas en las actividades de prevención y respuesta;
• todo abuso o maltrato cometido contra menores o personas vulnerables sea eficazmente perseguido conforme a la ley.
A tal fin, se remite a la legislación vigente en materia de protección de menores y personas vulnerables de los Estados de procedencia de los participantes, del Estado italiano y, cuando sea aplicable, del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Dentro de las medidas de protección y tutela de los menores y de las personas vulnerables, se incluye también una atención especial a la confidencialidad y a la seguridad de la información y de los datos que les conciernen.
Todas las actividades relacionadas con la participación de los menores en la Jornada Mundial de los Niños – incluidas la inscripción, la acogida, la permanencia, las actividades logísticas, asistenciales y comunicativas – deben llevarse a cabo respetando la dignidad, la confidencialidad y la seguridad de la información personal de los menores, evitando cualquier uso indebido, difusión no autorizada o exposición inapropiada.
Entre las informaciones que requieren una protección reforzada se incluyen, a título ejemplificativo y no exhaustivo:
• los datos identificativos de los menores y de sus padres o tutores;
• la información relativa a su salud, a sus necesidades alimentarias o asistenciales;
• las imágenes, los vídeos y cualquier otro contenido que permita su identificación directa o indirecta.
La recopilación y el uso de dicha información se permiten exclusivamente en la medida necesaria para garantizar la seguridad de los menores, la organización del evento y el correcto desarrollo de las actividades previstas, conforme a criterios de necesidad, proporcionalidad y diligencia, coherentes con las finalidades de protección de los menores.
Todas las entidades eclesiásticas, las Diócesis, las Parroquias, las Asociaciones, los Movimientos, las Órdenes religiosas y los grupos organizados que participan en la Jornada Mundial de los Niños están obligados a vigilar y a actuar activamente en favor de la protección de los menores y de las personas vulnerables.
En particular, deben dirigirse a los Servicios diocesanos competentes para la protección de menores de sus respectivas Diócesis de procedencia, con el fin de:
• garantizar el cumplimiento de la normativa vigente en materia de protección de los menores contra la explotación y el abuso;
• aplicar todos los procedimientos y medidas preventivas previstos por los ordenamientos y las prácticas de referencia.
El adulto acompañante de los menores está obligado a prestar la máxima atención al cumplimiento de las normativas y de los procedimientos para la protección de los menores y de las personas vulnerables.
Es el único responsable civil y penalmente de los menores confiados a su cuidado.
En consecuencia, al participar en la Jornada Mundial de los Niños, el adulto acompañante:
• declara haber leído el presente aviso y compartir plenamente su contenido y sus finalidades de protección de los menores y de las personas vulnerables;
• declara ser plenamente consciente de las responsabilidades personales asociadas al rol de acompañante de menores, que ejercerá de forma individual y exclusiva, desde el punto de vista civil, penal y organizativo;
• declara comprometerse a proteger la confidencialidad y la seguridad de la información y de los datos relativos a los menores confiados a su responsabilidad, evitando cualquier difusión no autorizada de datos, imágenes, vídeos o contenidos que puedan afectarlos, incluso a través de herramientas digitales, sistemas de mensajería, redes sociales u otros canales de comunicación;
• declara asumir toda responsabilidad al respecto y comprender que los sujetos promotores y organizadores del evento – el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el Comité Organizador de la Jornada Mundial de los Niños y el sujeto encargado de la gestión operativa – no ejercen funciones de vigilancia directa sobre los menores ni sobre la información relacionada con ellos, que sigue siendo responsabilidad de los acompañantes y de las autoridades competentes.