Jornada Mundial de los Niños 2024

JMN 24 - Estadio Olímpico de Roma

25 de Mayo de 2024

La primera Jornada Mundial de los Niños, celebrada el 25 de mayo de 2024 en el Estadio Olímpico de Roma, representó un momento histórico y profundamente simbólico para la Iglesia y para la sociedad civil. Promovida por el Dicasterio para la Cultura y la Educación por iniciativa del Papa Francisco, la manifestación reunió a más de 100 delegaciones internacionales, cada una vestida con los trajes tradicionales de sus países, transmitiendo un mensaje de paz y unidad entre los pueblos.

Durante el evento, el Santo Padre dialogó con los niños, respondiendo a sus preguntas con palabras de esperanza y aliento: subrayó la importancia del perdón, del amor recíproco y de la construcción de un mundo más justo, invitando a todos a reconocer en los más pequeños la fuerza de la renovación.

La Jornada también estuvo animada por momentos artísticos y musicales, con la participación de destacadas figuras nacionales e internacionales, entre ellas artistas y personalidades del ámbito solidario, destinadas a celebrar la alegría, la inocencia y la curiosidad de los niños.

JMN 24 - Plaza de San Pedro

26 de Mayo de 2024

El 26 de mayo de 2024, la Jornada Mundial de los Niños se trasladó a la Plaza de San Pedro para una solemne celebración eucarística presidida por el Papa Francisco. Miles de niños y familias se reunieron en el atrio de la Basílica Vaticana, en un clima de profunda espiritualidad y participación universal, testimoniando la centralidad de la infancia en la vida de la Iglesia.

Al término de la Misa, después del Ángelus, el Pontífice dirigió su saludo a los más jóvenes, exhortándolos a ser constructores de paz y esperanza. Fue un momento conmovedor de comunión, que incluyó también el saludo personal del Papa a muchos niños entre la multitud, en un gesto de afecto y bendición.

El evento concluyó con un monólogo del actor Roberto Benigni, quien ofreció una reflexión poética sobre el valor de la inocencia y de la fraternidad entre los pueblos, reafirmando el compromiso de la Iglesia con un futuro en el que cada niño pueda crecer con dignidad y serenidad.

World Leaders Summit on Children’s Rights

2-3 de Febrero de 2025

Los días 2 y 3 de febrero de 2025, la Santa Sede acogió una importante cumbre internacional sobre los derechos de los niños, titulada «Amémoslos y protejámoslos», promovida por el Comité Pontificio para la Jornada Mundial de los Niños.

La velada inaugural del 2 de febrero tuvo lugar en los Museos Vaticanos, con un discurso de bienvenida del cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, quien recibió a premios Nobel, líderes políticos, académicos, escritores y representantes de organizaciones internacionales.

Al día siguiente, la cumbre se desarrolló en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, con una serie de ocho mesas redondas dedicadas a temas fundamentales para la infancia: desde la protección de los menores en contextos de conflicto, hasta el derecho al juego y la necesidad de invertir recursos educativos y sociales para los más pequeños.

El Papa Francisco inauguró los trabajos por la mañana y los concluyó por la tarde, llamando la atención sobre la sacralidad de la vida infantil. En su discurso afirmó con fuerza que «nada vale más que la vida de un niño» e invitó a la comunidad internacional a comprometerse concretamente contra la guerra, la pobreza, la violencia y la exclusión.

Entre los participantes destacaban figuras de relevancia mundial: la reina Rania de Jordania; el Premio Nobel de la Paz Kailash Satyarthi; el expresidente del BCE Mario Draghi; Al Gore; Liliana Segre; Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional; Megawati Sukarnoputri, expresidenta de Indonesia; Paolo Gentiloni; y otros líderes de organizaciones internacionales.

En los paneles de la tarde se debatió especialmente la urgencia de garantizar a los niños el derecho al tiempo libre, en un mundo que con demasiada frecuencia los ve víctimas de conflictos, migraciones y desigualdades.

En su intervención inicial, el cardenal Parolin lanzó un enérgico llamamiento a «escuchar a los niños y sus “no”» al hambre, la violencia, las guerras y la desigualdad, definiendo el respeto hacia ellos no solo como un deber moral, sino como un imperativo categórico.

La Cumbre del 2 y 3 de febrero representó así un momento crucial: una llamada fuerte y compartida a situar la dignidad y la protección de la infancia en el centro de las políticas globales, en un espíritu de cooperación y solidaridad internacional.